Queremos desenmascarar el amor que duele. Queremos cuestionar aquellos mandatos que nos dicen cómo debemos ser para vivir el amor y determinan una edad y apariencia para ser amadas.

 

Queremos interrumpir desde lo colectivo aquellas ideas románticas que nos esclavizan a la espera, a sentir que el amor todo lo puede y todo lo aguanta, y a creer que solo es posible vivirlo de a dos.

 

Por esto, queremos generar un espacio colectivo para que mujeres entre los 50 y los 75 años puedan construir redes de apoyo y sororidad que les permitan identificarse, relatar, re-narrarse, desahogarse y desintoxicarse de los vestigios que ha dejado en sus vidas el amor romántico.